domingo, 19 de enero de 2014

Atrapado en los errores

Txiki Bilvending 58  Parque Bilbao 41
Como en la película "Atrapado en el tiempo", tengo la sensación de repetir una y otra vez situaciones pretéritas, de pasar de nuevo por el mismo calvario, de repetir todo un proceso temporal caótico, unos meses después, prácticamente en el mismo orden que entonces.
De nuevo madrugar para ir a Askartza, de nuevo llegar justos de tiempo al campo, de nuevo aparcar fuera del recinto colegial para evitar pagar la tasa de parking que ayude a engrosar las arcas de Askartza, de nuevo los veteranos del equipo local que tienen a bien no ofrecernos agua, a pesar de pedírselo al comienzo del encuentro, de nuevo son ellos, con su media de edad, los que nos corren contraataques, de nuevo un arbitraje que va a su bola, de nuevo una derrota, de nuevo impotencia, sobre todo táctica. De nuevo suceden las situaciones al contrario de lo deseado. Y de nuevo en Askartza, y ya van muchas veces.
 
La temporada pasada vi el partido desde la grada, con el padre de Manu. Entonces nuestros fallos se veían evidentes, e incluso opté por hacer cortas grabaciones, que los resaltaron aún más inmisericordemente. En función de esto, conocía bien al equipo local, o creía conocerlo. Sin embargo, no era tan sencillo solucionar los problemas a los que nos íbamos a enfrentar. Y lo era menos aún sabiendo de las bajas de algunos que no acudieron al encuentro. Ellos previsiblemente atacarían bien, como así ha sido, y nuestras armas ofensivas no estaban muy claras, como tristemente ha ocurrido.
Por tanto, no ha bastado con ver y pensar, porque una temporada después, ya desde el banquillo, hemos cometido parecidos errores que entonces.
Igualmente, al comienzo del partido nos dice uno de sus emblemáticos jugadores que ellos no tienen agua, y el árbitro principal se muestra jocoso ante esta situación. Sí, el mismo árbitro al que no le gusta que usemos números altos en las camisetas; el mismo que tiene un curioso criterio, a la vez que extendido en Bizkaia, de lo que son y no son faltas personales. Es cierto que tenemos diferentes opiniones al respecto, aunque hay un pequeño matiz, que el que se lleva los 'palos' en el campo no es él, somos nosotros.
 
Así que, tras madrugar, tras llegar justos de tiempo, tras negarnos nuevamente el agua, y tras otro arbitraje cuestionable, y sobre todo, tras un planteamiento táctico erróneo y una ejecución también equivocada, la derrota resulta dolorosa... O quizá sea la impotencia ante ésta.
Y también como en el último año, como en un infinito día de la marmota, el post partido se repite, aunque esto sí resulta más agradable. El bebercio y el pincho en cierto bareto de Leioa con Ibon y un tal señor Iban no faltan tampoco.
 

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