martes, 27 de agosto de 2013

Caras nuevas (1)

Comienza una nueva pretemporada. Será diferente, también será igual...
Algunos llevan motivados desde varias semanas antes, otros vendrán más tarde, otros vendrán por primera vez, y otros dejarán el equipo. Hay muchas novedades este curso de baloncesto, y seguro que dará mucho para hablar en este blog.
Los entrenamientos, conducidos por Ander, comienzan con poca gente (un clásico en el club), y con poca gente contamos para formar dos equipos esta temporada. Hasta pocas semanas antes de comenzar la liga no certificamos que tendremos gente suficiente para volver a retomar aquel proyecto que se rompió hace dos temporadas. Volvemos a tener segundo equipo, aunque ya veremos si acabará siendo el 'primero'.
 
Han llegado caras nuevas al club: Jan, Iñigo y Ruben, que ya estuvieron con nosotros la pasada temporada, sea en amistosos o en entrenamientos, y que por tanto no son desconocidos. Tampoco lo son los demás, asiduos practicantes de las canastas del parque, que realzarán más si cabe la presencia que dicho parque tiene en nuestro club. Por tanto, esta temporada Parque Bilbao será más Parque si cabe.
Llegan Mikel, Roberto, Aritz, y Beñat y Ruben que bajarán la media de edad del club, ya de por sí un tanto elevada. Y vuelven al club tres fenómenos, tres clásicos: Unai, Adrián y Patxi.
Lo dejan, al menos momentáneamente, Raúl, Mikel, Erik e Ibon.
 

sábado, 3 de agosto de 2013

La boda del gran capitán (4)

 
Hoy Ivan ha hecho feliz a mucha gente. Por supuesto a Nuria, y Nuria a él. Y también a su madre, quien ha disfrutado como nadie. Y seguro que a su padre, que lo habrá visto todo desde allí donde está.
Y a toda su gente de Logroño, que tanto le ha dado y lo sigue haciendo, y la gente de Parque... Todos aquellos que le apreciamos, que somos muchos.
 
 
Hoy me he sentido afortunado de estar aquí, en San Ignacio, y después en el Abando, y en ese pub en que Alex enseñaba nuestra 'biblia' a la camarera... Porque mientras le veía en torno a su gente, disfrutando de su día, y del de Nuria, me acordaba de aquellos días de entrenos solitarios, que continuaban con la vuelta al taller a seguir trabajando de noche. Porque me acordaba de un tío de equipo, esforzado como nadie, que sigue siendo entrañable en este club. Y porque aún había un recuerdo que tenía reservado...
Aquel 26 de abril de hace tantos años, en la estación de tren de Arrigorriaga, Ivan nos contó 'en primicia', a Carlos, a Jose y a un servidor aquel chiste que tantas y tantas veces habrá repetido en cenas y festejos posteriores. Aquel día, Ivan convirtió a aquel Supertomate en prácticamente una leyenda en el club.
Hoy me he sentido afortunado de ver a Nuria & Ivan tan felices
 
Colgando en tus manos
 

La boda del gran capitán (3)

En el hotel Abando, como aperitivo, consumición y pinchos variados. Y abundantes... En conclusión, antes de comenzar el banquete ya estaban nuestros estómagos bien calentados. Y la comida que quedaba aún por degustar... Y el recuerdo que aún restaba por degustar...
 

Entraron en el restaurante entre vítores, con esta melodía ambiental, se sentaron, se besaron porque así fue reclamado por la concurrencia, se pusieron de pie, nos dedicaron una alocución como era menester, se volvieron a sentar y... ¡a comer!
La comida digna de nuestro presi, propia de una pareja fabulosa... y mi estómago en overbooking.
Acabado el yantar, tocó el danzar. Eso sí, él sector vasco de los comensales ejerció primeramente su derecho al cubata, que bailar a palo seco no resulta apropiado.
Y así comenzó el bailoteo...

 

La boda del gran capitán (2)


Y cambió de equipo, Zurbaran, y fue triste perder su habitual camaradería, el apoyo que prestaba este jugador de equipo. Pero por suerte, volvió, y en un equipo renovado intentó cumplir deportivamente, y lo hizo, además de seguir siendo el tío esforzado, humilde y gran compañero que siempre ha sido. Aquellos ganchos lejanos en los partidos, y aquel triplazo frontal en su último partido oficial (al menos hasta el momento), también son recuerdos que me hacen sonreír, mientras el cura proclama la bendición final. Y aún aflora un recuerdo más, pero éste lo guardo, lo conservo para más adelante, para disfrutarlo con calma y con una amplia sonrisa. Porque éste es para compartirlo con los demás, y sobre todo con Ivan.
 
Ya salen, y les arrojarán arroz, y ante mi sorpresa no aparece ningún canónigo disgustado por tan alta afrenta a la madre iglesia. Lanzar arroz a los novios tras la boda se está convirtiendo en un rara avis (al menos que pagues un cierto 'impuesto'), que algunos sustituyen por pétalos o pompas de jabón. En esta ocasión, sí hubo lluvia de arroz, y Nuria e Ivan lo comprobaron.

 

La boda del gran capitán (1)

Estamos llegando, y vemos a Ivan con un aspecto aparentemente tranquilo. Si algún nervio se le rebela no somos conscientes de ello. En unos minutos éste nuestro gran capitán se nos casa, y parece como si viniera al casamiento de otro, qué sangre fría...
En la plaza charlamos brevemente, hasta que vemos la llegada de la novia, y es menester entrar todos deprisa y corriendo en la iglesia, que el protocolo manda...
 
 
En el templo comienzan las voces del coro a entonar, y el sacerdote hace lo propio, con un discurso inicial un algo acelerado, que sin embargo relajará cuando nos dirija el sermón de la celebración. Es durante esos momentos, con el cura hablando a los novios, en sus silencios, y en la posterior interpretación coral, que recuerdo al gran capitán, y en mis recuerdos también están todos estos años de nuestro club, porque se trata de remembranzas paralelas.
Desde aquel lejano Escurce, en donde un día nuestro Juan me dijo que iba a entrar en el equipo un chaval que había acabado la 'mili', ya empecé a descubrir a una persona con mayúsculas, a un tío que por encima de su calidad técnica, anteponía un gran tesón y una bondad que le hacía ser querido.
Temporada tras temporada, Ivan ha sido parte importante de Parque Bilbao. Aún tengo muy presentes aquellos años, en los que entrenábamos donde buenamente podíamos, y aquellos días (demasiados) en que Ivan llegaba del trabajo, hasta el entrenamiento en un día desapacible, debajo del ya extinto campo de 'debajo de la autopista', y se encontraba con que había muy poca gente para entrenar. Y más de una vez, peor aún, fue el único que llegó a entrenar. Y tras el entrenamiento, no pocas veces volvía al trabajo, al taller, para acabar alguna tarea pendiente.
Fueron años en que Ivan era el claro ejemplo de lo que significa Esfuerzo y Dedicación por un equipo.