La falta de ideas, de conceptos en los movimientos de algunos jugadores ante ciertos sistemas defensivos, la lentitud en iniciar un balón hacia el ataque, la escasez de circulación de balón ofensivo, y nuevamente la insuficiente intensidad defensiva hacia el balón, todo ello no sucede en una última jugada, y también son situaciones que se deben corregir desde el banquillo.
El criterio arbitral de los dos de hoy, del que llegó al campo exactamente a la hora de comenzar el encuentro, y del principal fue curioso, fue estúpido en mi opinión. Y la explicación respecto a que el criterio que seguían era el de pitar el menor número de faltas que se pudiera resultó patético. Hoy el arbitraje favoreció más a los abogados, pitando según les venía en gana, según tocaba, según si el implicado había recibido tres faltas seguidas o tan sólo una. Y esto no es tan fácil de corregir desde el banquillo.
Hoy corregí muy poco, y cuando lo hice no fueron los mensajes lo suficientemente claros para que se entendieran. No fueron categóricos, sin opción a especulación alguna. Hoy acabamos el último cuarto con dos faltas, y desaprovechamos las dos que nos quedaban.
Hoy hice poco de entrenador, y tampoco me expresé bien. Aunque sí lo hice durante los entrenamientos de esta semana y tampoco sirvió. Se entrena como se juega, qué triste verdad.
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