Parece mentira pero no lo es. Me resulta doloroso decir, contar que hemos perdido contra este equipo, aunque posiblemente el equipo local pensara antes de comenzar el partido que nosotros éramos un rival asequible. Y hoy hemos sido más que eso. Nuestro juego poco inteligente y la dirección desde el banquillo ha sido tristemente merecedora de la derrota.
Ya de entrada, la pifia ha sido 'elegante', al presentarnos en el centro cívico de otxarkoaga con nuestro equipaje verde; el mismo que utiliza el equipo local. Así que hemos jugado con petos rojos que nos han prestado, con las consiguientes incomodidades que ello conlleva, y con la correspondiente multa del comité de competición. Ha sido un comienzo un tanto vergonzoso, y mi concentración desde fuera durante los primeros minutos, prácticamente nula. La cual apenas ha mejorado el resto del partido. Con ello, nuestro juego defensivo poco 'hábil' para lo que el encuentro requería, y la gran cantidad de pérdidas de balón nos han abocado a un partido igualado, cuando se me antojaba que nuestro equipo era muy superior al de otxarkoaga. Esta peligrosa igualdad se ha roto en los últimos minutos de encuentro, cuando nuestro pésimo ataque, muy desordenado, le ha dado la oportunidad a los locales de conseguir una ventaja de seis puntos, que en el último minuto hemos intentado reducir haciendo faltas, precisamente, al mejor jugador local. Por mor de todo esto, no sólo hemos perdido el partido sino también el basket-average del partido de ida.
Me marcho con una sensación de ridículo en el cuerpo. Porque ni el arbitraje ha sido malo, ni el campo de medidas especialmente reducidas puede ser una excusa; hemos sido nosotros quienes hemos 'entregado' la victoria a un equipo que apenas contaba con dos o tres jugadores de relevancia. En un partido donde a priori los problemas (o más bien el problema, llamado base rival) eran evidentes, y por ende la solución para afrontarlos. Es decir, no había más que mirar para ver, y hoy sin duda ni miré. Parecía tan asequible ganar, que lo único que vimos fue una inesperada y dura derrota.
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