- El serio: ya, ya, pero es que mientras lo entiendas tú ya vale. A ver si hay que explicarles a los jugadores cómo se arbitra. Mira, ya que hablamos de parque, el otro día me protestaba uno que le echaban fuera de la zona a empujones. Yo alucinaba, cómo va a ser falta que te empujen cuando tú le sacas un montón de kilos de diferencia al defensor. Vamos que hay contacto pero no tiene desventaja así que no se pita eso. ¿Ves que buen ejemplo te he puesto?
- El conciliador: no estoy de acuerdo con eso, porque eso sólo sirve para que nosotros como árbitros igualemos a dos jugadores, que en una situación real no son iguales. Así permitiste que sacara el defensor una ventaja de lo que hacía. ¿Y si atacante y defensor tuvieran parecido peso pero el atacante fuera mucho más rápido, un base por ejemplo, y el defensor contacta con cualquier parte del cuerpo, no sé, la rodilla por ejemplo para pararlo, ahí sí sería falta, ¿no?
- El serio: hombre ahí sí...
- El conciliador: ah, vale, pues en el partido que arbitraste el otro día no las sancionabas.
- El intocable: si no pitó esas faltas tendrá sus razones, así que deja de dar la vara, y dedícate a arbitrar mejor y a apoyarnos, no a criticarnos como estás haciendo.
- El conciliador: no estoy de acuerdo con eso, porque eso sólo sirve para que nosotros como árbitros igualemos a dos jugadores, que en una situación real no son iguales. Así permitiste que sacara el defensor una ventaja de lo que hacía. ¿Y si atacante y defensor tuvieran parecido peso pero el atacante fuera mucho más rápido, un base por ejemplo, y el defensor contacta con cualquier parte del cuerpo, no sé, la rodilla por ejemplo para pararlo, ahí sí sería falta, ¿no?
- El serio: hombre ahí sí...
- El conciliador: ah, vale, pues en el partido que arbitraste el otro día no las sancionabas.
- El intocable: si no pitó esas faltas tendrá sus razones, así que deja de dar la vara, y dedícate a arbitrar mejor y a apoyarnos, no a criticarnos como estás haciendo.
- El conciliador: yo lo único que os digo es que no estoy de acuerdo con vuestra actitud. Se puede ser mejor o peor árbitro, igual que mejor o peor jugador, o entrenador, pero la actitud tendría que ser de respeto, que vean que no somos sus enemigos, que no arbitramos para putearles, que queremos que el baloncesto mejore, y desde nuestro colectivo podemos hacerlo. ¿Que hay peña que protesta, que no sabe comportarse? Desde luego, y no se les debe permitir todo, pero sólo desde el respeto cumpliremos nuestra parte, y entonces ellos tendrán que hacer lo mismo, pero cuanto menos nosotros podremos tener la tranquilidad de haber cumplido, de verdad.
- El serio: ¿y qué quieres decir con respetarles, acaso no lo hacemos o qué, qué pasa, que acaso les insultamos, les pegamos, o qué quieres decir?
- El conciliador: lo que digo es que nos esforcemos en arbitrar bien ya sea el partido de 1ª, de 2ª, o de la más baja categoría de cadetes. Que transmitamos la imagen de que nos importan todos igual, y que lo hagamos, que lo intentemos como poco, hasta el final del partido, que no desconectemos en cuanto creamos que el partido está ganado por alguien. Y que no tengamos la predisposición para señalar técnicas como muestras de poder, si no que busquemos otras soluciones, diálogo por ejemplo, para calmar ánimos. Que cultivemos la empatía. Ah, y que si no tenemos la condición física necesaria para arbitrar un montón de partidos cada fin de semana, seamos honrados con nosotros mismos, e intentemos arbitrar de acuerdo a nuestras capacidades, que para eso cobramos un dinero por arbitrar.
- El intocable: ya estás tú también con el tema del dinero, de que cobramos y tal...
- El conciliador: ah, ¿es que no cobramos o qué? ¿Y eso nos exime de críticas, de autocríticas, de cultivar la empatía, el respeto, la condición física...?
- El serio: todo este discurso también se lo podrías transmitir a ellos.
- El conciliador: y así suelo hacerlo cuando arbitro, porque también soy entrenador y jugador, y eso, al menos a mí, me ha servido para respetar a todos por igual.
Nota del autor: Por supuesto, todos estos diálogos son ficticios, tanto en tiempos como en situaciones, al igual que, se supone, la animadversión de alguno de los personajes hacia nuestro equipo. Además, por descontado, las palabras pronunciadas no fueron estas.
Eso sí, gran parte de los contenidos de estos diálogos están basados, por desgracia, en hechos reales.
- El serio: ¿y qué quieres decir con respetarles, acaso no lo hacemos o qué, qué pasa, que acaso les insultamos, les pegamos, o qué quieres decir?
- El conciliador: lo que digo es que nos esforcemos en arbitrar bien ya sea el partido de 1ª, de 2ª, o de la más baja categoría de cadetes. Que transmitamos la imagen de que nos importan todos igual, y que lo hagamos, que lo intentemos como poco, hasta el final del partido, que no desconectemos en cuanto creamos que el partido está ganado por alguien. Y que no tengamos la predisposición para señalar técnicas como muestras de poder, si no que busquemos otras soluciones, diálogo por ejemplo, para calmar ánimos. Que cultivemos la empatía. Ah, y que si no tenemos la condición física necesaria para arbitrar un montón de partidos cada fin de semana, seamos honrados con nosotros mismos, e intentemos arbitrar de acuerdo a nuestras capacidades, que para eso cobramos un dinero por arbitrar.
- El intocable: ya estás tú también con el tema del dinero, de que cobramos y tal...
- El conciliador: ah, ¿es que no cobramos o qué? ¿Y eso nos exime de críticas, de autocríticas, de cultivar la empatía, el respeto, la condición física...?
- El serio: todo este discurso también se lo podrías transmitir a ellos.
- El conciliador: y así suelo hacerlo cuando arbitro, porque también soy entrenador y jugador, y eso, al menos a mí, me ha servido para respetar a todos por igual.
Nota del autor: Por supuesto, todos estos diálogos son ficticios, tanto en tiempos como en situaciones, al igual que, se supone, la animadversión de alguno de los personajes hacia nuestro equipo. Además, por descontado, las palabras pronunciadas no fueron estas.
Eso sí, gran parte de los contenidos de estos diálogos están basados, por desgracia, en hechos reales.