Hoy tuve mala suerte. Éste era un partido para ver desde la grada, y me tocó hacer de entrenador. No se disfruta igual así, sobre todo cuando ves que el ataque puede mejorar, sobre todo cuando ves que la defensa puede mucho mejorar..., pero hoy no toca hablar de defensa.
En la segunda parte el nivel ofensivo se mantiene. Comenzamos con un 2-9, y desde ahí nuestra diferencia va aumentando, hasta llegar a 24 de ventaja, la máxima del encuentro, acabando el tercer cuarto.
Desde ese momento se suceden los parciales favorables a Mungia. Un 12-2, o un 12-0, que sólo la anotación de Iker se encarga de romper. Porque en esta segunda parte son los puntos de Iker los que van salvándonos. Aunque también parece claro que a ello contribuye Adrián con el espacio que deja en el campo tras haber anotado esos cinco triples, o Aritz y los otros jugadores exteriores con sus pases dentro. Uno de ellos, Beñat hace un buen pase técnicamente, paralelo a línea de fondo y picado, que Iker bien posicionado recoge y le sirve para anotar fácil. Es decir, seguía habiendo buenos detalles técnicos, y tácticos, que hacían que nuestro ataque fuera peligroso desde cualquier posición, aunque el más visible y determinante en ese aspecto fuera Iker en la segunda mitad.
Nuestro empecinamiento en el bote, que nos reduce los espacios de un ya de por sí pequeño campo, provoca que Mungia reduzca paulatinamente la diferencia, hasta ponerse a tan sólo siete puntos. Con Roberto y Aritz lesionados, la situación pintaba delicada, mas el partido finalizó, no hubo tiempo para más.
Aunque no mejoramos en demasía respecto a otros partidos, sí estuvimos hoy algo mejor en los tiros libres, algo mejor en la señalización de las jugadas, algo mejor en el aprovechamiento de los espacios... Y sobre todo, que fue muy importante, mucho mejor en la puntería de cara al aro.
Hoy jugamos uno de esos partidos con los que sentirse muy a gusto, uno de esos encuentros 'made in Parque', de ese estilo, de jugadas espectaculares, del gran poderío interior de Iker, de gran acierto... Como el que tuvo un inconmensurable Adrián, que lo metía todo, que hoy simplemente, tuvo un buen día...
Un buen día
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