domingo, 27 de octubre de 2013

Perdiendo el timón

Parque Bilbao 55  Jesuitinas 64
Hoy no me apetecía ir a este partido..., y mejor si no hubiera ido.
Hoy al árbitro no le apetecía arbitrar este partido (como tantas veces)..., y mejor si no lo hubiera hecho.
Empezamos bien, y no me lo esperaba. Un parcial de 6-2 al comenzar el primer cuarto, un 0-9 en contra, un 5-0 y volvíamos a empatar. Al finalizar el primer cuarto perdíamos de uno.
A mitad del segundo período un parcial de 7-0 nos daba la máxima diferencia que tuvimos hoy, 9 arriba. Mas el ataque no era tan bueno como para mantener esto hasta el final. Y su defensa no había subido aún su nivel de contacto, especialmente dentro de la zona. Llegamos al descanso con 5 de ventaja, aunque esto pronto iba a cambiar...
En el ecuador del tercer cuarto Jesuitinas toma ventaja, y en breve llega la debacle, se nos 'va la olla' de una manera evidente, y Jesuitinas saca fruto de ese desquiciamiento con un 0-11 de parcial, que causa mucho más daño a nivel psicológico que real.
El equipo visitante se dedica a 'ofrecer' al árbitro más contactos que pitar. Sus 2x1, o 3x1 con palos de por medio que el árbitro no quiere señalizar, las posesiones tras fuera de fondo que el árbitro indica al revés, ante la estupefacción de unos y otros, el triple que concede al equipo visitante con el jugador pisando la línea de tres, los continuos dobles que señala a Manu o la técnica a Mikel, todo ello tras reclamárselo jugadores del equipo visitante... El arbitraje de Celix es simplemente calamitoso, demuestra una vergonzosa falta de interés. No corre, pero no ve, no ve pero señala lo que no es, o en alguna ocasión hasta se lo inventa, no señala nada porque dice que pita lo que ve... Su arbitraje es tan desquiciante que nos desquicia...
Y eso acaba siendo un error, porque como nos insiste Raúl, el partido aún se puede ganar, no está perdido... Aunque nuestra cabeza está perdida ya desde el tercer período. Y la mía, inexcusablemente también. Pierdo el timón del encuentro completamente, no hago los cambios de jugadores oportunos, no tomo decisiones correctas, y a veces no tomo ni incorrectas; es decir, no las tomo. Durante esos minutos mi dirección de juego resulta bastante mala. Y dejar un barco a la deriva, que se pierda en la tempestad...
 

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