domingo, 29 de junio de 2014

Segovia tiene un color especial... (y 5)

Regresamos. Dejamos atrás Segovia, su casco antiguo, su Plaza Mayor y su verbena...


Y por supuesto, constantemente omnipresente, punto de referencia desde y hacia cualquier lugar, el Acueducto.



Han sido dos días muy completos, con un poco de todo, y a veces con todo de un poco. Desde el viaje de ida, desde la parada para comer en la estación de servicio, desde nuestra primera irrupción en el hotel, desde las sucesivas irrupciones a determinadas horas de madrugada, desde nuestros habituales bocatas en el Pans, desde la amistosa conversación de Vindio con las señoras mayores, desde 'el bebercio' en la plaza, desde los intentos, especialmente de Adiran, de relacionarse con las nativas, desde el sombrero de fiestas a un euro, desde las conversaciones telefónicas entre habitaciones, desde el Enrique Serichol... Me ha dado la impresión de que todo era un comienzo, de que cada nueva anécdota era la primera de un viaje al que le quedaban muchas historias por contar. Mas antes de lo deseado, ha llegado el momento del regreso. Pero siento que esto ha sido sólo un comienzo, el inicio de un viaje, no el final.
Un viaje en el que han sido aún más importantes los acompañantes que los lugares. La gente de los equipos, de Patronato y de Segovia, y sobre todo, Ander, Rober, Unai, Adiran, Aritz, Ruben, Mikel, Vindio, Iñigo y Adrián han hecho que Segovia tenga un color especial...
 

 

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