Hoy, ya sea por defecto o por exceso, el respeto no ha sido positivo. No se le ha dado un valor adecuado, y ha sido el culpable de la derrota.
Llegamos al campo con la personal sensación de que el equipo local es el favorito, de que no podemos ganar, o de que, en el mejor de los casos podemos pensar en que no nos ganen por mucha diferencia. En definitiva, comenzamos el partido con un excesivo respeto. Y con ello lo único que obtenemos es una diferencia de puntos en contra muy amplia. En un visto y no visto hemos encajado un 14-2 que parece reafirmarnos en la idea de que ellos son mejores y se cumple por tanto la lógica de su favoritismo previo. Mas la realidad no es esa, más bien nuestra defensa ha sido muy respetuosa, incluso rayando en la veneración al contrario, y de ahí que les hemos permitido canastas muy fáciles. Los locales, por contra, no han sido tan respetuosos en su dispendio de faltas continuas que el árbitro, el más irrespetuoso del partido, no ha tenido a bien señalar ni castigar.
En definitiva, un equipo el nuestro con 'defensa torera' y un equipo el local con defensa con faltas continuas, y un invitado de piedra, el árbitro. O mejor dicho, dos invitados, porque desde el banquillo mis resoluciones han sido excesivamente tibias. Demasiado condescendiente con nuestra defensa, con nuestro ataque, con el árbitro... Con todos estos ingredientes cociéndose en el pabellón, la diferencia al descanso, de casi 20 puntos.
En el tercer cuarto, con el equipo local utilizando más a sus teóricos suplentes, y con una mayor intensidad defensiva por nuestra parte, nos colocamos a diez puntos. Para entonces Aritz ya ejerce de 'alero tirador', y esto nos viene muy bien.
Mas nuestro juego de rachas, que tan pronto nos da un 0-6 de parcial, como nos deja un montón de minutos sin anotar, no es suficiente hoy. Finalmente se nos acaba el fuelle y la diferencia final me parece injusta para lo que han ofrecido ambos equipos. Creo que no somos tan inferiores a Anbotopeko como el marcador señala; y el afirmar esto hoy me parece un aspecto muy positivo, habida cuenta de que la temporada anterior perdimos en esta cancha de unos 50 puntos de diferencia.
Hoy hubo un equipo, el local, que forzó su defensa haciendo faltas muy a menudo que no fueron señaladas (quizá sea esto a causa del respeto que nos tenían tras perder en nuestra cancha), hubo un equipo, el nuestro, que tardó en dedicarse a hacer faltas, unas decisiones desde el banquillo un tanto ilógicas, y un árbitro que o bien por incompetencia, o por desidia, se dedicó a arbitrar especialmente mal. Tan pronto 'pasaba' de señalar faltas a contactos clarísimos de algunos de nuestros jugadores, como las señalaba al más mínimo roce; tan pronto indicaba que sacara de fondo el mismo equipo que había lanzado el balón fuera, como se 'olvidaba' de las faltas continuas del equipo local. Su arbitraje, desquiciante, fue una muestra de su falta de respeto a los que allí hemos estado.
En el tercer cuarto, con el equipo local utilizando más a sus teóricos suplentes, y con una mayor intensidad defensiva por nuestra parte, nos colocamos a diez puntos. Para entonces Aritz ya ejerce de 'alero tirador', y esto nos viene muy bien.
Mas nuestro juego de rachas, que tan pronto nos da un 0-6 de parcial, como nos deja un montón de minutos sin anotar, no es suficiente hoy. Finalmente se nos acaba el fuelle y la diferencia final me parece injusta para lo que han ofrecido ambos equipos. Creo que no somos tan inferiores a Anbotopeko como el marcador señala; y el afirmar esto hoy me parece un aspecto muy positivo, habida cuenta de que la temporada anterior perdimos en esta cancha de unos 50 puntos de diferencia.
Hoy hubo un equipo, el local, que forzó su defensa haciendo faltas muy a menudo que no fueron señaladas (quizá sea esto a causa del respeto que nos tenían tras perder en nuestra cancha), hubo un equipo, el nuestro, que tardó en dedicarse a hacer faltas, unas decisiones desde el banquillo un tanto ilógicas, y un árbitro que o bien por incompetencia, o por desidia, se dedicó a arbitrar especialmente mal. Tan pronto 'pasaba' de señalar faltas a contactos clarísimos de algunos de nuestros jugadores, como las señalaba al más mínimo roce; tan pronto indicaba que sacara de fondo el mismo equipo que había lanzado el balón fuera, como se 'olvidaba' de las faltas continuas del equipo local. Su arbitraje, desquiciante, fue una muestra de su falta de respeto a los que allí hemos estado.
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ResponderEliminarSolo una pequeña corrección: Aritz no ejerció de "alero tirador" sino de "alero anotador", que son los que interesan.
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