Hoy venimos a este pueblo a por pan, que es famoso, o a ganar, por qué no. Aunque no son buenas nuestras condiciones, ni el número de gente que tenemos, ni el campo breve del frontón Beraskola, ni me resulta de fiar el árbitro que viene al partido. Demasiados condicionantes pesimistas, por lo que me parece más interesante pensar en el pan autóctono y en dónde encontrarlo cuando acabe el encuentro.
Y tras estas previas cavilaciones comienza el partido. Y lo hace con una canasta nuestra, y lo hace con gran sorpresa por mi parte, porque la defensa local es floja, porque al margen de los continuos empujones, es decir, faltas ya sea aquí en Gordexola o en el Kilimanjaro, de uno de los pívot locales, la defensa local no es especialmente hábil, y nuestro ataque en cambio, sí. Somos intensos de cara al aro rival, y fruto de ello, las ventajas que vamos adquiriendo. Y también me sorprende la demora del equipo local en pedir su primer tiempo muerto. El caso es que entre sorpresas y buen juego, la diferencia a nuestro favor al final del primer cuarto es de 13 puntos, habiendo anotado además 24, lo que es alucinante para un equipo, el nuestro, con una media en esta fase de ascenso inferior a los 50.
Todavía no me creo que esto vaya a ser fácil, que sigamos con tan buen tono ofensivo, así que pienso en corregir nuestras debilidades defensivas, de las que hasta el momento saca provecho un jugador local. Pero en el segundo cuarto el ataque de Gordexola mejora, ya hay más jugadores que nos crean peligro, y nuestro ataque ya no resulta tan sencillo. Aún así, los 14 de diferencia al descanso ya sí me hacen ser más optimista. Tenemos hoy una sólida columna vertebral en ataque, formada por Ander, Asier e Iker, y esto no es fácil de defender. Sin embargo no me fío un pelo, que éste no es un campo fácil.
Y además es un campo sin agua, puesto que hoy tampoco nos deja botellas el equipo local. Se trata de otro de esos equipos que no presta importancia a estos detalles; de hecho no tienen botellines ni para ellos. Me resultan aburridas ya estas faltas de consideración de algunos clubes, y absurdas sus explicaciones del tipo de hay una fuente ahí fuera o los lavabos están aquí al lado... Suerte que los aitas de los chavales van a comprar botellas. La pena es que no sé dónde comprar pan...
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