Pero antes que los panes llegan los peces en estos últimos segundos, que se multiplican con el tiro libre que anota Asier y el posterior robo de Ander, que ya había vaticinado momentos antes que sucedería y que él mismo acaba anotando, y los tiros libres que falla nuestro ex compañero local, y el rebote que cogemos tras estos. Y ello nos da una última posesión, con escasos segundos por jugar y tres puntos abajo. En ese momento se culmina la magia, con un pase de Ander a Aritz que lanza de tres y anota, además con falta recibida que le otorga un tiro libre, el tiro de la victoria. Las caras de asombro de algunos jugadores en el campo, y de decepción de otros, son remarcables. Aún les restan cinco segundos, mas el tiro final no entra. Hemos obtenido un triunfo que merecimos en la primera parte y que pifiamos en la segunda.
Ha habido tiempo para la magia, la adivinación y la torpeza. La torpeza, la proveniente de los portavoces de los dos banquillos, que o no supieron utilizar todas sus posibilidades tácticas, en el equipo local, o no tuvieron suficiente fe, en el visitante. La adivinación, la de Ander, que en el último minuto fue comentando en el campo lo que iba a suceder, como así fue. Y la magia, la de Aritz con ese último tiro, y la de este juego, que te transforma de héroe en villano en un instante.
En el último minuto he pasado de pensar en panes a ver multiplicarse los peces...
Happy
Este Gavi está empanao...
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